Aquí es donde y cuando te das cuenta que no estás tan a salvo como pensabas, que las cosas no están tan calmadas cómo esperabas y que el sentido no es tan fiel al organismo.
Ahora es cuando se da vuelta el baúl de la abuela, llega el momento en que las fotos caen sobre el suelo, cuando las letras aparecen en la memoria y los números doblegan su significado.
Es hora de que reacciones y aceptes que nada es como creías, la vida no te sienta tan bien como acostumbrabas y tu reflejo se rebela contra tu conciencia.
Los espíritus actuaron y te han delatado, tus fantasmas no fueron fieles y te engañaron, las paradojas cambiaron su significado y te apresaron, con furia los animales se armaron y te encarcelaron.
En un día como este no te queda más que aceptar y lamentar, ya era hora de que te transparentaras y aceptaras cuánto daño se ha acumulado bajo esa capa espesa de sueños y tranquilidad, el escondite de los intocables no recordados fue invadido por la multitud de tus venas, y esto no hace más que atormentarte.
Deberías acobardarte y dejarte levantar, moler el orgullo de los tiempos y avanzar sobre las nubes llenas de agua, saltar revolcarse y explotar, renacer y crear nuevos escondites, más baúles y cuadros de fotos, nuevos números y letras, limpiar el reflejo y pegar un cero sobre la conciencia.
Adiestra tus fantasmas, controla los espíritus, reinventa las paradojas.
Empieza un nuevo círculo y repítelo hasta no dar más.
rara vez aceptas, que el destino se volvió y tus dominós derrumbó.

No estoy viviendo, sólo estoy matando el tiempo.
tus diminutas manos, tu sonrisa de gatito loco.
Sólo no te vayas, no te vayas.
El verdadero amor espera, dentro de áticos embrujados.
Y el verdadero amor vive en paletas y papas fritas.
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