Te digo lo feliz que estoy y tú, tú respondes con esos torpes pasos que sueles dar, con esa falta de confianza en los hechos, te das cuenta que no es así verdad? que pasajeramente es como estoy y como estaré, siempre cambiando de dirección porque sé, lo único que sé es que no tengo ni la menor idea de mi postura ante la vida, soy una criatura todavía en el útero, el utópico útero.
Tengo toda una vida porque no me importa debatir, llámame entregada o débil, pero soy asi porque así lo elegí, sin caer en el conformismo con la esclavitud, hay ciertas cosas con las que es suficiente vivir para sonreír.
Fue lo mejor que pude haber hecho, el mejor gasto de plata, autoestima arriba, sonrisa arriba, un papel en las manos, una boleta y muchas instrucciones. Mañana es el día y hoy ya me siento libre, despegada de ese baño con llave y triple cuidado, de eso nunca más y es mi última carta, a la que me entrego sin despedazarme y asumir.
Derrota, mi derrota, mi conocimiento de mí mismo y mi desafío; por ti sé que aún soy joven y de pies ligeros, y desdeñoso de los laureles que se marchitan. Y en ti enontré la soledad y la alegría de ser ignorado y despreciado.
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