Estoy lista para dejar de esconderme, transparentar lo que hay dentro del estómago, aquello que sólo se ve a través de las palabras. Mucho es lo acumulado y cada vez explota mayormente hacia el exterior, he llegado a sentirlo realmente en mis pupilas, y que harto se siente.
Paraíso, las aureolas entre líneas, reluce con timidez todo aquello en algún memorable tiempo tan disfrutado, ascienden de cada raíz que aparentaba estar muerta. Relucen y se aseguran.
Es hora de hacer las paces, las paces con el apetito insaciable que se esconde, que busque a otro.
a veces, creo que todo puede ser tan simple, quizás en el fondo eso me haga invencible.